martes, 10 de mayo de 2016

CUENTO "LOS ANIMALES DUEÑOS DEL MUNDO"

Érase una vez, en un lugar muy lejano, una cobaya llamada Antonio. Él era de color gris, ojos saltones y marrones, unas orejas muy pequeñas y de pelo largo. Antonio, solía vestir una camiseta hawaiana de color naranja y vivir en una pequeña caja de cartón rota y sucia en la casa de su dueño Don Juan.

Don Juan era un dueño joven muy malo, ya que no le daba de comer, no lo limpiaba y encima había veces que le quemaba el pelaje con colillas de cigarrillos al pobre e indefenso  Antonio. 

Un día, harto de la vida que llevaba, tuvo una astuta idea, salir de la caja de cartón, luego coger una bolsa de su dueño y después saltar por la ventana para hablar con su amigo Lucas, el perro con el que se llevaba muy bien.

Al anochecer,  Antonio inicio su plan. Todo iba bien, pero él, no se acordaba de que en la ventana dormía el gato Manolo, así que tuvo que pensar en otro plan para escaparse.

Enseguida se le ocurrió otro plan, salir sigilosamente por la puerta de la habitación, correr hacia las escaleras para así poder llegar a la cocina y salir por la ventana que siempre está abierta. Dicho plan, muy nervioso lo comenzó y lo terminó exactamente como lo había planeado. 

Una vez, ya fuera de la casa fue a hablar con su amigo Lucas, el perro, que también vivía deseando escapar de su cruel dueño.

Lo que no contaba Antonio, era que Lucas en ese momento, mantenía una reunión con más animales desquiciados del maltrato de sus dueños. 

En esa reunión decidieron intentar escapar y vengarse por los maltratos de todos estos años, pero la paloma Manuela, decidió hacerlo de una forma pacífica, ya que es pariente lejana de la paloma de la paz.

Un pequeño oso, quería vengarse de sus dueños, tratándolos igual que como les habían tratado a él. En ese mismo instante se formó la de “San Quintín”, peleando y discutiendo. Unos decían: “¡hagámoslo a la semejanza de la paloma!” Y otros decían: “¡No, hagámoslo como el oso!”

De repente, hubo un gran silencio hasta que, La tortuga Doña Catula, dijo muy bajo y con una voz tenebrosa: “Yo no soy quien para hablar,  pero deberíamos revelarnos con toda la humanidad, ya que todos los humanos, nos han tratado muy mal”. 

En aquel momento,  todo el mundo se puso de acuerdo e idearon un plan para ser los jefes supremos de todos los humanos. Se separaron en grupos de diez, los animales terrestres, los animales anfibios y los animales voladores. 

Al final, los animales vencieron a los humanos, logrando que no los maltrataran y que el mundo lo dirigiera Antonio como Rey y  Lucas como Presidente.

Autor: Álvaro 5º B

No hay comentarios:

Publicar un comentario